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16 Por todo eso es que lloro;
    las lágrimas ruedan por mis mejillas
porque lejos está de mí quien me consuele.
    Lejos está de mí quien pueda darme fuerza de nuevo.
Mis hijos quedaron abandonados
    porque sus enemigos los derrotaron.

17 Sion grita pidiendo ayuda,
    pero no hay quien la consuele.
El SEÑOR ordenó a los vecinos de Jacob
    que se convirtieran en sus enemigos.
Jerusalén se ha vuelto impura
    entre las naciones enemigas.

18 El SEÑOR es justo al castigarme
    porque lo he desobedecido.
Escuchen todos en la tierra
    y vean mi dolor.
Mis hombres y mujeres jóvenes
    han sido llevados prisioneros.

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